El ingenio y la creatividad siempre enriquecen cualquier negocio. No importa que la empresa se dedique a la fabricación de tornillos o al planchado de camisas a domicilio, porque la imaginación y el toque personal aplicados a todas y cada una de sus áreas son los que al final marcan la diferencia entre un producto o servicio y los de los demás.
El marketing, bien gestionado, se encarga precisamente de eso, de conseguir que los valores de la empresa luzcan. Para conseguir que a tu cliente le resulte atractivo lo que haces y te tenga siempre presente –incluso cuando no puedes estar cerca para recordárselo- es necesario contar con alguien especialista en darle una vuelta –o dos, o las que hagan falta- a eso que tienes entre manos y a lo que tal vez no tienes muy claro cómo darle forma. Y no importa que estés pensando en los pequeños detalles o que tengas previsto desarrollar grandes acciones o promociones. Lo verdaderamente importante es que, bien sea con los primeros o con las segundas, estés buscando resultados inmediatos o pienses en el medio y largo plazo, al final tu empresa sea capaz de transmitir adecuadamente sus fortalezas, y que estas se mantengan en el tiempo en la memoria del público. Y para ello, ser creativo resulta fundamental.
Conviene insistir en que el marketing abarca acciones que a priori pueden parecer relativamente sencillas, como modernizar el logo que lleva más de 10 años en la fachada de tu negocio o cambiar la presentación del packaging de tus productos -¿Dónde está escrito que las cajas tengan que ser siempre cuadradas?-. Pero también se encarga de actividades que requieren una planificación y coordinación más elaboradas, como el desarrollo de una campaña publicitaria o la organización de un evento para celebrar un hito de la empresa.
Y es que la creatividad en el marketing se manifiesta tanto en lo que se ve –la decoración de un local, la recepción de los invitados, la presentación de los regalos, etc.- como en lo que no se ve –la búsqueda de la ubicación perfecta, la gestión de la lista de invitados, la contratación de proveedores…-. Y nada de eso se improvisa. No en vano, tal y como afirma Nick Law, director creativo de la agencia R/GA Worldwide, “La creatividad es un hábito, no es algo que sucede en la ducha”.