El futuro de nuestra sociedad digital es un tema que todo el mundo se ha parado a pensar alguna vez pero, en la mayoría de los casos, sin acabar de darle la importancia que merece. Yo era de esta clase de personas hasta que vi el capítulo “Caída en picado”, de la serie que lleva marcando tendencia en los últimos años, Black Mirror.
El episodio en cuestión, se ambienta en un futuro distópico, donde las personas están conectadas en todo momento y toda interacción es puntuada, generando una calificación media que variará en función de lo positivo que haya sido el encuentro para ambos lados. Además de ello, toda la sociedad está estructurada entorno a estas puntuaciones, limitando el acceso de los ciudadanos hasta en los servicios más básicos, si no alcanzan un determinado número. Parece de locos, pero… ¿Realmente es tan surrealista esta situación? ¿Podríamos llegar a estos extremos?
Desde mi punto de vista, el futuro de nuestra sociedad digital no irá por este camino, principalmente por dos motivos:
Mayor grado de concienciación: cuando algo afecta a gran parte de la población, se disparan las medidas de concienciación para tratar de hacer más llevadero el trámite. Aquí pasa exactamente lo mismo. A día de hoy ya se está haciendo un esfuerzo muy grande para tratar de educar en el manejo de este ambiente digital que nos rodea, y estas medidas irán a más conforme la evolución avance.
Proceso de adaptación al medio: aunque en el capítulo parece que este punto lo hayan pasado por alto, debemos tenerlo muy en cuenta. Las nuevas generaciones son nativos digitales, algo que no tiene por qué ser negativo y ridiculizarse hasta tales extremos. Precisamente el hecho de nacer o crecer envuelto en un entorno digital te hará estar mucho más preparado para poder llevarlo bien y no acabar intoxicado como se quiere representar en el capítulo.
Realmente espero tener razón en cuanto al futuro de nuestra sociedad digital, pero eso no quita que el dominio de las herramientas que nos ofrece este entorno serán clave tanto a nivel social como, sobre todo, en un competitivo marco laboral. Aquí es donde entra el segundo punto del que quiero tratar en este artículo: los algoritmos.
La importancia de los algoritmos
Primero de todo, vamos a entender este concepto. Seguro que todos los que leéis estas líneas tenéis algún perfil en redes sociales; sino es el caso, no pasa nada, motores de búsqueda como Google utilizáis seguro. Ambos basan su funcionamiento en algoritmos, los cuales es imposible de conocer al 100%, pero sí hay la suficiente información como para poder interpretarlos y sacarles partido y rentabilidad para nuestro negocio.
Motores de búsqueda
Google es el caso por excelencia. La compañía cambia sus algoritmos periódicamente, además de tener varios “policías” que velan porque se sigan sus reglas en todo momento: Google Penguin y Google Panda. Lo importante es conocer qué puedes hacer y qué no, para evitar sorpresas después, y poder potenciar al máximo el posicionamiento orgánico de tu sitio web.
Redes sociales:
Cada red social funciona de forma distinta y tiene su propio sistema de algoritmos; aún así, conocer las bases de la plataforma en la que estás buscando suele significar una mejora en la visibilidad del perfil en cuestión. Es obligación de los community managers o del encargado de la estrategia en redes de una empresa el conocer lo máximo posible el funcionamiento de dicho algoritmo para poder trabajar de la forma más eficiente posible.
Cabe remarcar que los algoritmos no son algo malo, ni mucho menos. Son completamente necesarios para el correcto funcionamiento, el orden, y las actualizaciones tanto de los buscadores como de las redes sociales; básicamente, evitan que estos se caigan en pedazos y permiten que sean tan útiles para nosotros.
Llegados a este punto, quizá te estés preguntando quién está detrás de estos algoritmos. Estos mecanismos pertenecen a empresas privadas, cada uno con lo suyo y con el poder de decidir qué contar y qué no sobre ellos. Por mí, puede seguir así. No creo que deba ser algo que pertenezca, por ejemplo, a instituciones públicas. No tiene sentido. Los algoritmos deben ser controlados por los ingenieros que los han creado, que de seguro son los que llevarán mejor el asunto… querer cambiar de manos algo tan delicado no garantiza ninguna seguridad.
Por último, me gustaría cerrar el artículo con una reflexión acerca de la reputación digital, que no deja de ser el objetivo final para muchos de aquellos que quieren explotar los algoritmos.
Reputación tradicional vs. Reputación digital
El futuro de nuestra sociedad digital va a ir ligado a la constante búsqueda de reputación en este ámbito. Hasta aquí todo bien. Todos, en un mayor o menor grado, buscamos una buena reputación, tanto online como offline. La diferencia se encuentra en que la reputación que he querido denominar “tradicional”, la que se ha buscado toda la vida, siempre va a ser real y palpable, a diferencia de la online. Con esto quiero decir que el mundo digital emite estímulos a cada momento, y a veces no es fácil diferenciar y darles a las cosas la importancia que realmente tienen; es fácil exagerar y, en el peor de los casos, alejarte de la realidad y creerte algo que realmente no eres.
Y hasta aquí ha llegado el artículo acerca de nuestro futuro como sociedad digital. Espero que te haya gustado y que hayas podido reflexionar acerca de ello. Si estás interesado en conocer más acerca de estos temas, no dudes en contactarnos.